Estaba caminando otra vez por la isla abandonada que tantas veces encontré en los últimos 40 años. Por la playa una vez más, también, encontré todas las cosas que fui dejando ahí (Que nadie las haya agarrado me da la pauta que realmente está abandonada esa paradisíaca isla). Mientras recorría el borde de ese maldito alambrado (alambrado que me hace pensar que la isla no está tan abandonada, o al menos, no siempre lo estuvo), una vez más, también, me encontré yendo hedónicamente por la parte más complicada.
Y ví la luz.
La luz no formaba parte del camino hedónico que me estaba complicando. Estaba tan sorprendido, que mi expresión no cambió en lo más mínimo: daba imagen de una seguridad infinita. Mientras caminaba hasta la luz, intenté con toda mi capacidad descifrar qué era esa luz que me definía, y más importante aún, por qué me definía. Encontré esta tarea particularmente difícil. Debe haber tenido que ver con el hecho que, sin necesidad alguna, estaba tapando mi visión con mi mano (la mano izquierda, de hecho, pero eso no importa)(Ah, también noté que tenía una pequeñísima herida reciente cerca de la punta de mi dedo meñique), quizá, de alguna manera complicando hedónicamente el camino.
Y lo escuché rugir.
El rugido, por más espectacular, constante y abrumador que haya sido, no me definía. Mis ojos tienen prioridad a la hora de los simbolismos. Fue así que seguí mi camino, mi mano frente a mis ojos y mis pies avanzando. La luz contagiaba de blanco todo lo que estaba próximo a ella, sin ningún tipo de consideraciones. Seguramente yo no era excepción, pero jamás podré saberlo.
Empezaron a parecerme sospechosas las maderas y los fierros desparramados prolijamente en el piso. Pero abandoné ese pensamiento por el rugido. El rugido que no me definía, pero que realmente intentaba. Rugía. Se acercaba rugiendo, de hecho. Con la luz. Quizá la luz rugía. Lo cierto es que se acercaban, juntos, la luz y el rugido.
De repente, ví pasar una oración a mi lado. Después otra. Párrafos enteros que, claro está, salían de mi pecho abierto y ensangrentado. Por un instante perdí la concentración en mi mano, mis pasos, la luz, el rugido, la isla, el alambrado.
El silencio reinaba. Pero su control era ejercido por el rugido. El rugido cual fuerza armada y violenta de un regimen de paz y amor, obedecía ciegamente al silencio. No así la luz, que gritaba a los cuatros vientos. Que me llamaba. ¡Ay! Si la hubiera visto antes.
Nuevamente, de todas formas, me vencieron. El rugido. La luz. Todos complotaron contra mí. Fue hermoso, pero temrinó.
Quizá éramos muy parecidos. Quizá incluso hasta lo seguimos siendo. Pero yo siempre esquivo la luz en mis sueños.
sábado, 29 de diciembre de 2012
sábado, 1 de diciembre de 2012
uy
Después de los momentos más intensos, y habiendo recuperado la capacidad de hilar oraciones, puedo asegurar que la pasé muy bien, y a la vez, muy mal.
Me planteé y replanteé hasta el hartazgo todas esas cosas que mi cabeza podía enunciar.
Realmente, fue un viaje, te diría, porque si bien en ningún momento dejé este departamento, e incluso en mis momentos de locura más extrema tenía bien claro que si dejaba el departamento, mi misma curiosidad hubiera puesto en peligro mi vida.
En el momento me daba cuenta del pensamiento de preservación, el instinto humano de preservarse existiendo, me preguntaba qué pasa cuando "te morís".
Pensé en cómo Nelson, el cantante de Blur o un azteca hace decenas de miles de años llegaron a la misma idea.
Por momentos lo sentí tan intenso que paré a ver qué estaba haciendo, y en el mismo análisis de eso que estaba haciendo volvía a hacer eso.
Es una locura tan cíclica como esta explicación.
Es gracioso y a su vez tortuoso.
No podría, jamás de los jamases ponerle la etiqueta de "bad trip", aunque me parece que es lo más cercano que yo tuve a "un bad trip".
Lejos de decir cosas como "ay, nunca más", me encantaría volver a hacerlo.
Es una cosa muy extraña.
Me encontré a mí mismo mordiendo mis labios rabiosamente y dejando de hacerlo, para, calmadamente, y poseído por una tranquilidad frívola y cínica de aquel que no evita lo inevitable, decir:
"Un torbellino"
"El edificio tiembla"
Me planteé y replanteé hasta el hartazgo todas esas cosas que mi cabeza podía enunciar.
Realmente, fue un viaje, te diría, porque si bien en ningún momento dejé este departamento, e incluso en mis momentos de locura más extrema tenía bien claro que si dejaba el departamento, mi misma curiosidad hubiera puesto en peligro mi vida.
En el momento me daba cuenta del pensamiento de preservación, el instinto humano de preservarse existiendo, me preguntaba qué pasa cuando "te morís".
Pensé en cómo Nelson, el cantante de Blur o un azteca hace decenas de miles de años llegaron a la misma idea.
Por momentos lo sentí tan intenso que paré a ver qué estaba haciendo, y en el mismo análisis de eso que estaba haciendo volvía a hacer eso.
Es una locura tan cíclica como esta explicación.
Es gracioso y a su vez tortuoso.
No podría, jamás de los jamases ponerle la etiqueta de "bad trip", aunque me parece que es lo más cercano que yo tuve a "un bad trip".
Lejos de decir cosas como "ay, nunca más", me encantaría volver a hacerlo.
Es una cosa muy extraña.
Me encontré a mí mismo mordiendo mis labios rabiosamente y dejando de hacerlo, para, calmadamente, y poseído por una tranquilidad frívola y cínica de aquel que no evita lo inevitable, decir:
"Un torbellino"
"El edificio tiembla"
jueves, 29 de noviembre de 2012
Y pasó otra. Él s'est rendu compte otra vez. Se pregunta, ahora, a qué se debe, cómo evitarlo, pero no tiene importancia. At all. Y más o menos, lo sabe.
Ya lo observó, esto también. Si no lo dijo, debe ser porque un buen observador no modifica lo que observa. Incluso, como si se estuviera pagando para serlo, cuando uno se observa a uno mismo.
Soy un observador compulsivo.
Perdón.
Ya lo observó, esto también. Si no lo dijo, debe ser porque un buen observador no modifica lo que observa. Incluso, como si se estuviera pagando para serlo, cuando uno se observa a uno mismo.
Soy un observador compulsivo.
Perdón.
miércoles, 28 de noviembre de 2012
martes, 27 de noviembre de 2012
3600 de mis instantes de sufrimiento acumulado son:
12 cervezas pequeñas o
2 Poutines régulières chez La Fleur o
Una pastilla de MDMA y una lata de Pabst o
12 cafés de máquina de café (Como el verde manzana verde) o
2 gramos de una marihuana muy piola o
un encordado de acústica y una púa o
2 remeras del Armée du Salut o
un tinto mendocino o
2 entradas del bar "Me Diagnosticaron Mata-Angustias" o
un alto guiso.
12 cervezas pequeñas o
2 Poutines régulières chez La Fleur o
Una pastilla de MDMA y una lata de Pabst o
12 cafés de máquina de café (Como el verde manzana verde) o
2 gramos de una marihuana muy piola o
un encordado de acústica y una púa o
2 remeras del Armée du Salut o
un tinto mendocino o
2 entradas del bar "Me Diagnosticaron Mata-Angustias" o
un alto guiso.
lunes, 26 de noviembre de 2012
Bolsa.
Es una bolsa de deseo, casualmente, con forma de humano. Se cree responsable y no le gusta agacharse para hablar aux enfants. Sabe bien lo que quiere y poco y nada tiene eso que ver con que haya visto miles de publicidades sobre eso mismo que quiere. Cambia, contento, las horas feas de su vida por lindas cosas brillantes y coloridas.
Dice que es infeliz, y que podría dejar de serlo cuando pueda acumular suficientes instantes de sufrimiento como para poder cambiarlos por la más nueva, brillante y colorida de las cosas en oferta.
Comprende que no es su culpa. Eso, igual, cuando acepta que hay algo mal.
Pudo haber sido por la pobreza de su infancia, o mismo por su nariz levemente torcida. Pudo, incluso, no tener motivo. Podrìa, ¿por què no?, no haberse transformado en bolsa. Bolsa, casualmente, con forma de humano. Pero así, tiene más tiempo para lo que realmente importa: las horas eternas de sufrimiento acumulado.
Dice que es infeliz, y que podría dejar de serlo cuando pueda acumular suficientes instantes de sufrimiento como para poder cambiarlos por la más nueva, brillante y colorida de las cosas en oferta.
Comprende que no es su culpa. Eso, igual, cuando acepta que hay algo mal.
Pudo haber sido por la pobreza de su infancia, o mismo por su nariz levemente torcida. Pudo, incluso, no tener motivo. Podrìa, ¿por què no?, no haberse transformado en bolsa. Bolsa, casualmente, con forma de humano. Pero así, tiene más tiempo para lo que realmente importa: las horas eternas de sufrimiento acumulado.
La realeza
El rey de los compases está felizmente casado. Solo que su reina no sabe de compases. Quizá por eso a veces está callada. Quizá está callada porque está enojada.
El rey de los compases no duda en narrar vívidamente sobre los grandes círculos, esferas y cubos que diseñó siguiendo las reglas que tan naturales le parecen. Su reina, au contraire, disfruta más de relatar victorias ajenas. Quizá por eso está enojada.
Quizá no está enojada. Y si lo estuviese, ¿Qué importa? Todo vale a la hora de ser parte de la realeza. ¿Qué otra forma os viene a la mente para hacer del impuro un príncipe?
Pero esta reina no lo piensa muy fuerte. Prefiere sentir. Debe ser porque pensar nunca lleva a nada bueno. Y en cambio el sentir...Ah! El sentir. Qué buena razón, siempre lista, siempre ahí.
La reina, una vez más, le pide cuentos al rey de los compases. A veces, refranes. Otras, biblias enteras llenas de imposibilidades que suenan hermosas, acariciando al oído y al siempre necesario sentir. Los pide no porque los quiera, o, menos aún, pueda entenderlos (Si no, sería la reina de lo literario). Los pide solo para verse a sí misma en él. Su impotencia. Arrebatarle su corona aunque sea solo por un rato. Pero no. O no siempre.
¿Y qué puede hacer ella? ¿Qué puede hacer cuando sus reclamos, sus intencionalmente imposibles reclamos, intentan torpemente ser satisfechos por un rejunte de cuentos sobre triángulos isóceles o refranes de bisectrices? No puede más que enojarse. Y no hablar. Y pensar en eso que quería. En esa hermosa utopía imposible que siempre exije a las agujas arrepentirse de sus pasos. Y callarse.
Quizá es mejor callarse. Quizá así no se den cuenta que ella no es la reina de los compases.
El rey de los compases lo sabe todo. Se tomó el delicado trabajo de calcular hasta el útlimo decimal de la nueva constante. ¿Cómo no haber visto lo ovalado de su impuro círculo? ¿Cómo, él, entre todos, él, no iba a tener arcadas midiendo los impares nueve lados de sus octágonos?
Pero eso que el rey de los compases mejor sabe, esa fórmula que mejor aprendió, es para dibujar un círculo que lo rodee, envuelva, sacuda y contenga. Solo hace falta que deje su compás de lado unos instantes, para dibujar a mano alzada ese inevitablemente ovalado círculo que lo haga sonreir después de sus reales tareas diurnas, para luego, por años (o al menos, eso espera) ir explicándoselo a la falsa reina de los compases, poco a poco, para, algún día, quizá, transformarla en una verídica reina de los compases. O perecer en el intento.
El rey de los compases no duda en narrar vívidamente sobre los grandes círculos, esferas y cubos que diseñó siguiendo las reglas que tan naturales le parecen. Su reina, au contraire, disfruta más de relatar victorias ajenas. Quizá por eso está enojada.
Quizá no está enojada. Y si lo estuviese, ¿Qué importa? Todo vale a la hora de ser parte de la realeza. ¿Qué otra forma os viene a la mente para hacer del impuro un príncipe?
Pero esta reina no lo piensa muy fuerte. Prefiere sentir. Debe ser porque pensar nunca lleva a nada bueno. Y en cambio el sentir...Ah! El sentir. Qué buena razón, siempre lista, siempre ahí.
La reina, una vez más, le pide cuentos al rey de los compases. A veces, refranes. Otras, biblias enteras llenas de imposibilidades que suenan hermosas, acariciando al oído y al siempre necesario sentir. Los pide no porque los quiera, o, menos aún, pueda entenderlos (Si no, sería la reina de lo literario). Los pide solo para verse a sí misma en él. Su impotencia. Arrebatarle su corona aunque sea solo por un rato. Pero no. O no siempre.
¿Y qué puede hacer ella? ¿Qué puede hacer cuando sus reclamos, sus intencionalmente imposibles reclamos, intentan torpemente ser satisfechos por un rejunte de cuentos sobre triángulos isóceles o refranes de bisectrices? No puede más que enojarse. Y no hablar. Y pensar en eso que quería. En esa hermosa utopía imposible que siempre exije a las agujas arrepentirse de sus pasos. Y callarse.
Quizá es mejor callarse. Quizá así no se den cuenta que ella no es la reina de los compases.
El rey de los compases lo sabe todo. Se tomó el delicado trabajo de calcular hasta el útlimo decimal de la nueva constante. ¿Cómo no haber visto lo ovalado de su impuro círculo? ¿Cómo, él, entre todos, él, no iba a tener arcadas midiendo los impares nueve lados de sus octágonos?
Pero eso que el rey de los compases mejor sabe, esa fórmula que mejor aprendió, es para dibujar un círculo que lo rodee, envuelva, sacuda y contenga. Solo hace falta que deje su compás de lado unos instantes, para dibujar a mano alzada ese inevitablemente ovalado círculo que lo haga sonreir después de sus reales tareas diurnas, para luego, por años (o al menos, eso espera) ir explicándoselo a la falsa reina de los compases, poco a poco, para, algún día, quizá, transformarla en una verídica reina de los compases. O perecer en el intento.
sábado, 24 de noviembre de 2012
¿
Cuánto se puede agradecer a alguien que haya hecho algo que no pudo evitar?
Lo mismo que lo que se lo puede culpar.
Lo mismo que lo que se lo puede culpar.
viernes, 23 de noviembre de 2012
Las princesas anónimas que son calentitas y dulces como una merienda de invierno, casi por definición, no pueden sonreirme de esa manera.
Ellas me piensan
Estaremos de acuerdo que uno tiene nulo poder de voluntad en cuánto a cuándo, de qué forma y qué ideas le vienen a uno a la cabeza. Cependant, orgullosos decimos "YO pienso".
Qué mentira.
Ellas me piensan. Y a vos también. Get used to it.
Qué mentira.
Ellas me piensan. Y a vos también. Get used to it.
miércoles, 21 de noviembre de 2012
11.03
y sacudiste tu cabeza por tercera vez y te acomodaste pelo con la mano de nuevo y volviste a mirar tu celular y miraste para donde ya no había silencio y creíste haber entendido todo y los deshiciste antes de que sean y estabas calentita y dulce como una merienda de invierno y me miraste y entendiste y lo supiste y miraste para adelante y me miraste de nuevo y todavía sabiéndolo no te pudiste contener más y me dijiste, sin titubear ni por un segundo, con tus dulces maneras de princesa anónima
eleven o three
eleven o three
Si las vieras escurrirse! Si hubieras estado ahí cuando los sesenta, sí, los sesenta, se metieron todos juntos atrás de ese árbol. Otros sesenta se escondieron en un semáforo. 180 se metieron atrás de la señora en la escalera del subte.
Inhumano! Igual, esperá, ya falta poco. Hoy ya es ¿Martes? La puta madre.
Inhumano! Igual, esperá, ya falta poco. Hoy ya es ¿Martes? La puta madre.
Oy, oy, oy!
A veces me rompe un poco las pelotas que las personas quieren saber de "mi vida en el extranjero" y termino contando exactamente lo mismo varias veces.
No me gusta repetirme. Putos.
No me gusta repetirme. Putos.
martes, 20 de noviembre de 2012
lunes, 19 de noviembre de 2012
infatigable refrán
por quizá la ùltima vez en mil años,
dibujaba en el sendero su infatigable refrán,
tantas veces como fuese necesario,
tantas veces como lo hizo en el sueño del diván
y en el último punto encuentra la última y única verdad
gritada desde siempre en los archipielagos de hielo
irritado por el hecho de no haberla entendido en avant
atenuada siempre un poco por el infatigable refrán
sufre el desecho y vuelve al silencio
oxidada y desgastada por el frío y el calor
opacada hasta la nada por una nueva distracción
pero entre el ensordecedor ruido del pasto quebrándose
y el próximo anuncio de la nueva verdad
el momento es idóneo donc waste it we shall not
me gustaría contarles de un hermoso refrán que dice
reza, sostiene, alega, explica, anuncia, vende
y por sobre todas las cosas, asegura:
Yo soy.
dibujaba en el sendero su infatigable refrán,
tantas veces como fuese necesario,
tantas veces como lo hizo en el sueño del diván
y en el último punto encuentra la última y única verdad
gritada desde siempre en los archipielagos de hielo
irritado por el hecho de no haberla entendido en avant
atenuada siempre un poco por el infatigable refrán
sufre el desecho y vuelve al silencio
oxidada y desgastada por el frío y el calor
opacada hasta la nada por una nueva distracción
pero entre el ensordecedor ruido del pasto quebrándose
y el próximo anuncio de la nueva verdad
el momento es idóneo donc waste it we shall not
me gustaría contarles de un hermoso refrán que dice
reza, sostiene, alega, explica, anuncia, vende
y por sobre todas las cosas, asegura:
Yo soy.
Lo peor de todo es que esto también, lo observé
Qué empirico que soy para escribir! Siempre que observé, que me dí cuenta, que me parece, que yo creo, siempre una interpretación de la más carnal y a su vez, menos controversial de las realidades: la real. ¿Eh?
Pero ya van a ver! Aaaaaaaah, sí que van a ver! de esta no zafan!
Pero ya van a ver! Aaaaaaaah, sí que van a ver! de esta no zafan!
domingo, 18 de noviembre de 2012
Escribirnos
Voy a dejar de lado lactividad que me competìa hasta hace instantes, para venir a escribirles, a ustedes y a moi même.
Estábamos discutiendo con los muchachos si esto quescribo, estos bytes de informaciòn que le hago desperdiciar a google, son para poder leerlos yo, o son para intentar plasmarme una vez más en sus efimeras y humanas memorias.
y llegué a la conclusión que lo escribo para los buenos muchachos de la asamblea, de dentro de diez años. Voy a intentar no ser tan boludo de borrar este blog también.
Estábamos discutiendo con los muchachos si esto quescribo, estos bytes de informaciòn que le hago desperdiciar a google, son para poder leerlos yo, o son para intentar plasmarme una vez más en sus efimeras y humanas memorias.
y llegué a la conclusión que lo escribo para los buenos muchachos de la asamblea, de dentro de diez años. Voy a intentar no ser tan boludo de borrar este blog también.
nodrogadicto, no?
con lo utilitarista de alma que es el hijo de darth vader
si no tuviese plata, no tendrìa novia
si consumiese merca
harìa comparaciones como
placer de la droga versus placer de novia
precio de la droga precio de novia
si ese equilibrio se modifica en favor del primer componente, pum, a la mierda la novia, hola tranza
si no tuviese plata, no tendrìa novia
si consumiese merca
harìa comparaciones como
placer de la droga versus placer de novia
precio de la droga precio de novia
si ese equilibrio se modifica en favor del primer componente, pum, a la mierda la novia, hola tranza
jueves, 15 de noviembre de 2012
si alguna vez
Si alguna vez estabas al pedo en el facebook, y yo, de la nada, sin motivo aparente, te hablé y te confesé algo medio bizarro, muy probablemente sea porque caí en la cuenta que no te voy a volver a ver nunca en mi re puta vida, y, en plus, que me siento relativamente muy solo, a veces.
Estuvo bueno conocerte.
Bah, hasta ahí nomás.
*edit 4 días después*
hay miembros de la asamblea que dicen que la susodicha soledad es más que nada una exageración, un recurso literario producto de una victimización semi-voluntaria.
Estuvo bueno conocerte.
Bah, hasta ahí nomás.
*edit 4 días después*
hay miembros de la asamblea que dicen que la susodicha soledad es más que nada una exageración, un recurso literario producto de una victimización semi-voluntaria.
¿
A cuánta gente le habré mentido cuándo les dije que nos íbamos a volver a ver?
Sepan que cuando lo dije, no era una mentira intencional.
Sepan que cuando lo dije, no era una mentira intencional.
lunes, 12 de noviembre de 2012
ayer
me droguè, hoy me drogo, y mañana me drogarè
de eso podemos deducir dos cosas:
primero, que soy un drogòn crònico
y segundo, que sè conjugar los verbos en los tiempos simples
jajaja
de eso podemos deducir dos cosas:
primero, que soy un drogòn crònico
y segundo, que sè conjugar los verbos en los tiempos simples
jajaja
Poneme los fideos en el micro que ya llego
Hace 10 minutos, por reloj, estaba en el living de mi casa en lanùs, con 13 años, mandàndole un mensaje de texto, con un celular grande y pesado, a mi "novia", dicièndole que nuestra relaciòn no iba a poder seguir porque yo me cambiaba al Krause.
Ahora, estoy a punto de ir a juntar las hojas del patio de casa, porque la municipalidad de Brossard (en Quebec, Canadá) te multa si no juntàs las hojas.
Y dentro de 10 minutos, voy a estar llegando al departamento que vamos a alquilar com Jero, en Almagro, quejàndome del nuevo paro de subtes y la concha de su madre.
Estoy a 20. Llego en 10.
Ahora, estoy a punto de ir a juntar las hojas del patio de casa, porque la municipalidad de Brossard (en Quebec, Canadá) te multa si no juntàs las hojas.
Y dentro de 10 minutos, voy a estar llegando al departamento que vamos a alquilar com Jero, en Almagro, quejàndome del nuevo paro de subtes y la concha de su madre.
Estoy a 20. Llego en 10.
domingo, 11 de noviembre de 2012
19.48
Están ahí de vuelta, esos de los que les conté pero borré el post antes que ustedes pudiesen leerlo.
No estoy seguro qué posición tomar para con estos señores, realmente. Es muy fácil decir ay, ay, yo no soy asi, ay, ay.
Todo el asunto termina rondando por cuán "bien" está el conformarse con "poco".
Igual, son unos forros. No nos engañemos.
No estoy seguro qué posición tomar para con estos señores, realmente. Es muy fácil decir ay, ay, yo no soy asi, ay, ay.
Todo el asunto termina rondando por cuán "bien" está el conformarse con "poco".
Igual, son unos forros. No nos engañemos.
Hola yo ser ingeniero placer
Y sí.
Una cosa que me parece necesaria entender a la hora de cambiar drásticamente de país, inmigrando cual ave, es que el lenguaje es la representación del pensamiento.
Vos, inmigrante querido, que venís de ser un tigre de bengale imparable en tu país, que tus familiares cuentan llenos de orgullo tus hazañas en esa tierra prometida llena de oportunidades, que hablás como el orto el idioma local, no te extrañes cuando los que sí hablan el idioma te traten como un idiota.
¿Cómo no hacerlo? No podés conjugar un verbo como Dios mandani siquiera en tu idioma.
Y vos, querido, ya questoy te lo digo. Yo podré no hablar bien tu idioma, pero eso no significa que no pienso bien. Solo lo disimulo.
Y como!
Una cosa que me parece necesaria entender a la hora de cambiar drásticamente de país, inmigrando cual ave, es que el lenguaje es la representación del pensamiento.
Vos, inmigrante querido, que venís de ser un tigre de bengale imparable en tu país, que tus familiares cuentan llenos de orgullo tus hazañas en esa tierra prometida llena de oportunidades, que hablás como el orto el idioma local, no te extrañes cuando los que sí hablan el idioma te traten como un idiota.
¿Cómo no hacerlo? No podés conjugar un verbo como Dios manda
Y vos, querido, ya questoy te lo digo. Yo podré no hablar bien tu idioma, pero eso no significa que no pienso bien. Solo lo disimulo.
Y como!
6 meses y 4 días
Por más que entiendas, comprendas, analices, pienses o reflexiones cuánto quieras, nunca una conclusión, por más brillante e irrebatible que sea, va a poder reemplazar esa gotita de autoestima, de tranquilidad, esa liberación de endorfina en tu cabezota, que te da el cariño físico de un ser humano distinto a aquel que entiende, comprende, analiza, piensa o reflexiona cuanto quiere.
He dicho.
viernes, 26 de octubre de 2012
¿Y qué va a ser esto?
Decidí que me interesaría volver a escribir algo. No perder esa bella costumbre. Estuve pensando en las últimas semanas en la posibilidad de escribir alguna ficción. Pero ese proyecto simplemente no está arrancando. Así que, por lo pronto, y como el mediocre que orgullosamente soy, me conformaré con un blog. Este blog.
¡Ah! Otra cosa que quizá notaron es que este blog estuvo oculto un buen tiempo hasta ahora. Mi idea fue la de escribir las cosas que me pintan, cuando me pintan, e intentando tener una regularidad, pero no decirle a ninguno de ustedes, personas que desperdician sus segundos en lisant las letritas y espacios que decidí tipear casi aleatoriamente --y que, casulamente, escriben un texto; resultado 100% inesperado--, de la existencia de este indiscutido albergue de opiniones.
De esta manera, los posteos, y en especial este, el primero, son sólo para aquellos valientes que han osado vagar por los calendaritos del sidebar buscando entre los meses, días, posteos, tópicos, y ese mar de 1s y 0s que nos Satura la cabeza. A ustedes, mis queridos, je vous felicite y agradezco.
Damas, damas, caballeros! Acérquense! Venga usté, con su señora, que ya va a empezar. Acérquense lo más que puedan, preparen sus cámaras y sus expectativas, que está por comenzar la osada, casi-rosada, nerviosa, fogosa, carnosa, sabrosa, morbosa, aceitosa, malinterpretadamente amorosa, desquiciadamente prudente, con aires deslumbrantes de brillos extravagantes, rebosantes de calmantes, rimas tontas y brillantes, interpretación de mis ideas! ¡Qué comience el espectáculo!
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