Por más que entiendas, comprendas, analices, pienses o reflexiones cuánto quieras, nunca una conclusión, por más brillante e irrebatible que sea, va a poder reemplazar esa gotita de autoestima, de tranquilidad, esa liberación de endorfina en tu cabezota, que te da el cariño físico de un ser humano distinto a aquel que entiende, comprende, analiza, piensa o reflexiona cuanto quiere.
He dicho.
A los 8 meses clavados esto pasó. Fue como una balada triste de trompeta.
ResponderEliminar