sábado, 12 de enero de 2013

Condicionado.

Teniendo tantas teorías tirando todas para lados torcidos y habiendo habido huecos hondos y holgados hundiendo mis hipotesis es que encuentro estos eternos y efímeros elementos de entretenimiento.
¿Será sabido sólo por sabios que si somos solo sobrios, son sobrados los segundos sin sentido? Imagino que insistiendo insana e intensamente incitaremos a innumerables incrédulos a inclinarse indeclinablemente a inmensas internaciones e interacciones interestelares indagando nuestra mente internamente.
Pero parece ser que piropeando propiamente propiciamos principalmente puras pinceladas postergadas, pintando nada, procrastinando la palabra, pisando pieles preciosas y probando prestigios pasados. Como cada casa contiene cien cuentos cientos de veces contados, caemos casi de cabeza en la creencia crédula de contar cada cuento como si cantásemos canciones compuestas para comerciales.
Jamás juraremos como el jadeante jínete jura jugar a Jesús, girando su gorro grandiosamente gracias al viento viniendo del verde vívero.
Quizá quemando quinientas quince quinceañeras quepan como queremos los "te quiero".

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