lunes, 16 de diciembre de 2013

Le fils des crises

Les Européens, comme tous les humains, ont la très sympathique habitude, de temps en temps, de créer des guerres et des crises pour se tuer entre eux. Ça a l'air le fun, hein? En 1936, il y a eu une pas pire guerre civile en Espagne. “¡REVOLUCIÓN O MUERTE! ¡NO PASARÁN!”. Qu’est-ce qui s'est passé? L'extrême droite n'était pas satisfaite de la deuxième république. Rosa Trillo, une simple femme, décide d'aller s'installer dans le nouveau monde. EN MEME TEMPS, au Portugal, les choses ne marchaient pas si bien que ça, puis mon bon ami, Roberto Andrade, lui aussi, il décide de tenter sa chance dans des terres inconnues. QUELQUES ANNÉES PLUS TARD, les Européens s'ennuyaient, puis ils ont décidé de faire une autre guerre, et de l'appeler «WORLD WAR II : Let's kill each other again and see what happens ». Un concepto bastante interesante. Conséquence : le jeune couple de Juan Capurso et Marina Palumbo est parti d'une Europe en feu. Leur destination ? Ce pays là-bas, loin, de l'autre bord de l'Atlantique, que l'on appelle l'Argentine. Quelle belle idée ! Quitter la pauvreté en Europe pour être pauvre en Amérique du sud. .
Aaaaaaaah. Buenos Aires. Ville de personnes d'ailleurs. Là ou se cachent les exilés. Des anarchistes russes, des Italiens pauvres, des Espagnols peu scolarisés, des Anglais exploiteurs (des Anglais exploiteurs ? Je pense que j'ai déjà vu ça), parmi d'autres. Nice gathering. Mais bon. On fait ce qu'on peut avec ce qu'on a, n'est pas ? Le temps passe, on fait des enfants, la vie continue, c'était où l'Europe déjà ?
Roberto et Rosa ont eu trois enfants, dont Gerardo était celui du milieu. Juan et Marina ont su avoir quatre enfants, dont Graciela était la plus jeune. Gerardo et Graciela se sont rencontrés dans quelles circonstances ? Dans une des pires crises politiques de l 'Argentine. C'est beau, right ? Trois enfants et 17 ans plus tard, le divorce. Aaaaaaaaaaaaaah, l'amour. But come on ! Everybody was sad during the 90's !
Le temps n'arrête pas. Les années 2000 sont déjà ici. Comment peut-on commencer le nouveau millennium ? Une crise. Again. Nice. I'm starting to enjoy this, eh? Gerardo, ingénieur, fatigué de travailler comme chauffeur de taxi, s'en va au Canada. Wow ! That's new. C'est le fun, hein ?
« Ici, on parle français & that's it ». Mais voyons donc ! Peu à peu, ses enfants y arrivent. Une belle famille dispersée partout dans le monde.

SO, C'EST QUI, MOI ?
Beeeeeeeeeein, moi, eeeeh...
On pourrait dire que je suis 50 % italien, 25 % espagnol et 25 % portugais. Mais non.
On pourrait dire que je suis un Argentin descendant des Européens qui tente sa chance au Canada. Non plus.
On pourrait dire que je suis un citoyen du monde, une victime de la mondialisation. Eh, peut-être. Mais non.
Je suis le fils des crises.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Parcour

Finalement, j'ai commencé le parcours
pour lequel j'ai quitté la maison
construite par le père de ma mère.
La carte OPUS ne sert pas pour les billets d'avion.

Avoir commencé quand j'étais jeune
ne fût pas assez pour
surpasser la tour de babel qui
se construit devant moi.

Cette fois-ci, je ne suis pas un touriste, non plus
Je ne suis plus ce que j'étais á l'époque,
et par contre, tout est comme je l'imaginais
Est-ce que personne a lu la métamorphose de Kafka?

Les numéros sont pareils, les mots se ressemblent
Je peux tout lire et comprendre,
les livres et les personnes
mais qu'est-ce que je peux faire pour
ne pas garder la plupart de mes idées pour moi?

Les pauses sont de plus en plus courtes,
les mots de plus en plus clairs,
J'avoue que l'été est déjà fini
et que mon printemps vient de commencer.

Bonjour. Je m'appelle Sebastian. Le plaisir est pour moi.

lunes, 18 de marzo de 2013

Sentirse vacío es como el invierno a -20°C: Si no te hacés amigo, la vas a pasar mal.

sábado, 16 de marzo de 2013

De quien les habla.

Una vez cuando tenía, aproximado, a ojo, unos 9 años, desd mi cama escuché que alguien subía por las escaleras, una chica, muy linda, que creo salía con mi hermano o era amiga de mi hermana o todas las anteriores. "Obviamente,"--me dije--"esta chica viene ni más ni menos que a tener sexo conmigo". Me puse en una pose parecida a la de la minita de Titanic cuando la pinta desnuda, y esperé el momento de la verdad. En un momento dado, me dí cuenta que ese no iba a ser el momento de la verdad y que me estaba engañando a mí mismo. Menos mal, porque el momento de la verdad fue como 7 años después.
Más o menos por esa misma época, también, una maestra de la primaria, revisándome la mochila en busca de mi totalmente inexistente carpeta de matemática adelante de todos mis compañeritos, encontró un Sainte Gouchée (sandwich) de milanesa que ya estaba empezando a desarrollar vida visiblemente. Ese mismo día, y sin relación con esto otro, me hicieron pasar todo el recreo en penitencia abajo de la campana por correr en el patio del colegio.
2 años después, tuve una conversación con un muchachito que ese mismo día salió segundo en la olimpíada nacional de matemática en la que me aseguró que odiaba la matemática, que a él le gustaban las chicas y el porno. Hoy día estudia derecho.
Después de un mes de estar internado, volví al colegio, y mi mejor amigo de ese entonces me quiso abrazar, y yo escapé corriendo por el patio. Que me haya perseguido fue la mejor bienvenida que pude tener. Pasé el primer y segundo recreo abajo de la campana.
En un campamento del colegio, cuando tenía quizá 8 años, durante un juego entre dos equipos, una chica, del equipo contrario, me miró y me sonrió con la sonrisa más tierna que mis ojos podían llegar a entender. Me parecía fea, pero me gustaba muchísimo. Nunca me animé a hablarle.
Cuando tenía 6 años, mi mejor amigo de ese entonces se fue con la familia a vivir a Córdoba. Me partió el corazón. Se iba Lucas, no lo podía creer. Su último fin de semana en Buenos Aires, fuimos a su casa, 3 amigos y yo. Me acuerdo que en su habitación tenía una red muy grande, que funcionaba como cama. Me pareció la mejor habitación del mundo. Nunca volví a saber de él, pero me sigue gustando la idea de la red.
Uno de mis primeros besos fue con una total desconocida, en la unión entre dos vagones de un tren en movimiento, después de juntar valor para ir a hablarle durante dos horas. Estuve orgullosísimo todo el viaje. No le conté a nadie hasta años después. Al otro día Dante Mazzini quedó en segundo lugar en la olimpíadas matemáticas argentinas.
Me pasó con dos chicas distintas, y con años de diferencia, violar la misma propiedad privada, y salir huyendo. La segunda vez tuve más miedo. No pude ni darle un beso a ninguna de las dos chicas, imagino, que porque no me animé. Solo a una de ellas, mucho tiempo después, sí besé. La otra creo que hace poco tuvo un hijo, o algo así.
Una sábado a la noche, yo tenía 4 años, estaba jugando en la escalera de mi casa con dos amiguitos, hijos de amigos de mis padres, casualmente de mi misma edad. Uno de ellos, al poco tiempo se mudó a Estados Unidos y nunca más volví a saber. Los otros dos nenitos que ahí estábamos esa noche, ahora vivimos juntos en Canadá.
Siempre que hacían algún tipo de reunión social en mi casa, y dejaban en el garage 20 sillas de plástico desparramadas, cuando todos se iban a dormir, yo, comiéndome la comida que hubiese sobrado (sanguches de miga, de preferencia), reordenaba las sillas de forma que imitasen el contorno de lo que claramente era UNA NAVE ESPACIAL. Y jugaba por horas como un champion a estar en la nave. Qué maestro.
Una vez estábamos jugando con un amigo un juego en el que éramos una especie de violadores intergalácticos, o algo así, y resulta que íbamos a planetas random a, según decíamos, tener sexo desenfrenado con las mujeres del lugar. Entre otras cosas, teníamos la habilidad de mandarnos como mensajes de texto, pero telepáticamente. Era un juego parecido a lo que solíamos jugar. Pero ese día tuvo la particularidad de que él me mandó un mensaje de texto a mi mente que decía "No juego más". Yo re quería seguir jugando. Qué mal. Hoy día, uno de nosotros es puto y el otro está en Canadá.
Mi primer trabajo pago para alguien que no era mi mamá, fue organizando libros en una editorial en la calle Juan Carlos Gomez 125. Ese día a la noche, y con la jugosa paga en nuestras manos, fueron a mi casa por primera vez quienes se convertirían en mis mejores amigos sin duda. Llegamos los tres a mi casa con abundante vino, y habían hecho papas fritas. La casa estaba llena de gente. Mi vieja no estaba. Hoy día, hay dos de esos de tres chicos todavía no nos suicidamos.
Estábamos en una mala racha. Hacía dos fiestas que ninguno de los dos le daba un beso a una chica. El asunto nos estaba empezando a poner mal. Fuimos a una fiesta con los muchachos. La fiesta era un pequeño club de barrio, y la cerveza estaba 2x1. Nos volvimos a encontrar afuera. Él me dijo que estuvo con una rubia. Yo le dije lo mismo. Días después, nos enteramos que estuvimos con la misma rubia. Esa chica, hoy día, tiene un innegable parecido con Mariana Fabiani.
Llegamos a la casa de un amigo, cuyos padres estaban de vacaciones. Nos abrió un amigo nuestro en bata, fumando porro. Buena señal. Cuando entramos al departamento, nos dieron un papel, donde había que anotarse si te querías cojer a la mina que se escuchaba gemir a una pared de distancia. Sin dudar, agregamos nuestros dos nombres. Él tachó el mío para ponerse él primero. No le llegó el turno a ninguno de los dos. Esa misma noche, el dueño de casa me dijo "nunca estuve con una mina que se moviera tan poco, me sentí un poco necrofílico". No sé absolutamente nada de ese muchacho. Le deseo lo mejor.

Espero no borrar este blog como borré el otro.

jueves, 7 de marzo de 2013

This is far from being "Whiteness witness"


We shall not forgive the innocents for what they haven't done, and certainly don't get used to ideas we didn't look for.
Lying to the mirror is as much a lie as it is worshiping it, even when it's cloudy and messy and you give yourself the non-sensest speech your sweet and lovely first girlfriend could ever hear in her entire, sleep-as-much-as-you-can-to-bear-the-week life.
Since preaching with the example is exactly what they shouldn't be doing, I'll erase this words and none of you will ever read them. Not even myself.
The engines of their trains are roaring in silence. The peaks of our graves have been climbed by our youngest and most reckless children, tearing apart the underwear of our deepest shyness. Beloved are those who attempt to poison and destroy my brothers.
Humming my own Requiem, my ribs are leaving their places. My teeth, they won't stand much longer. Will my eyes fall? Luckly, by now, it happened only a few times.

For I am a whiteness witness.

Since I don't have you, my lyrics are better.

Peace out, m'boys.

domingo, 17 de febrero de 2013

Situación

De alguna forma u otra, los posteos de más de 3 párrafos, son para ustedes, y los demás, son para mí. Putos.

viernes, 15 de febrero de 2013

Puro sentido común

...Nena, no lloooooooreeees...

Hacía meses que no sabíamos nada de Robert. Lo último que supimos fue que casi mata a un atrevido señorito que cortejaba a su so called girlfriend a botellazos y tarareando una cancioncita (and everybody call him as...). Un poco más tranquilo, y después de unas merecidas vacaciones todo pago en una celda, este monsieur estaba nuevamente paseándose entre nosotros, la gente con miedo de asesinar a otro. ¿A quién queremos engañar con las penas carcelarias? Creer que ayudamos a mejorar a aquellos seres que encerramos en estas jaulas para ex-ciudadanos es como creer que le salvás la vida a un andrajoso viejo semi-ebrio cuando le das el vuelto que tenés en el bolsillo.
Pero no nos desviemos. Robert. Hablábamos de Robert y su brand new libertad de caminar por las calles de esta bella ciudad. Todos estábamos al tanto de las fechas, y sabíamos qué iba a pasar. Lo que no sabíamos era a quién le iba a pasar. ¿Quién de todos los agraciados contactos dentro de la cabeza de Robert iba a ganar (Qué ironía) esta ruleta rusa tergiversada?


Mi día de suerte. Gané. Iupi. Y así empezó la semana en la que maté a Robert.

Los primeros días estuvieron plagados de conversaciones banales y silencios aún más inquietantes. No estoy seguro si él había cambiado rotundamente o si por primera vez lo estaba conociendo. Lo raro es que no era la primera vez que me pasaba eso con Robert. Lo cierto era que vivía sorprendiéndome de mi habilidad de anticipar todos sus movimientos. Cabe aclarar lo minucioso de mis medidas cautelares, no sea que crean que me era indiferente la presencia de (quien todos conocían como) Robert (and his arrow). Lo único que no le revisé de todas sus pertenencias fueron los bolsillos de los pantalones que nunca se sacó (en los que ví que tenía guardada una tarjetita de San Judas Tadeo, con la oración en la parte de atrás). Lejos estaba de creerme su actuación de "renacer espiritual". Yo conocía bien esa mirada. O no. ¿Pero qué importa? Todos sabemos de lo que era capaz. Fue puro sentido común.
Llegado el cuarto día de su estadía, dormir me resultaba imposible. ¿Cómo iba a poder dormir con este ser carente de empatía merodeándome? Igual, no dormir no modificó mucho, la verdad. Reemplacé las horas de sueño por las pastillas que me había recetado el médico para mejorar el rendimiento en la oficina, aproveché que me hacían descuento con la tarjeta.
Al quinto día, casi se me escapa: se despertó a las 8 y cuarto, se comió 6 galletitas de agua con un té común con edulcorante Edulsoft, 2 gotitas, de hecho, y se fue. Caminó 19 cuadras yendo para el centro, y entró en una carnicería con un cartel en el vidrio que buscaban ayudante. Primera señal evidente. Heladeras preparadas para conservar kilos y kilos de carne, bolsas enormes, cuchillas de todos los tamaños, técnicas de corte, todo el pack. De ahí, creyendo ingénuamente que nadie lo veía (lo he visto comerse varios mocos), volvió caminando por dónde había llegado, y a 3 cuadras de llegar a su (mi) casa, entró en un edificio. Como no podía estar muy cerca de él, no pude ver qué timbre tocó, pero por su mano tenía que ser un piso entre el 1° y el 4°, y una letra posterior a, mínimo, D (léase E, F, G, H o a lo sumo, la portería) y se quedó exactamente 21 horas (en ese momento, tenía la teoría de alguna especie de ritual con numerología de por medio, por los tiempos curiosamente exactos que tenían la mayoría de sus acciones no-rutinarias, que luego descarté), tiempo que me permitió notar que no todas las luces se prendieron cuando cayó la noche. Sin embargo, por no descartar que estuviesen con la luz apagada para no ser descubiertos o (un poco menos paranoico de su parte y más verosímil) que estuvieran en alguna otra habitación, decidí ni siquiera tomar nota de qué luces estaban prendidas y qué luces apagadas.
Salió del edificio y volvió caminando a casa. Yo sabía que tenía que llegar primero que él para no despertar sospechas, así que volví corriendo, llegué primero y (des)acomodé un poco las cosas para que pareciese que estuve todo el día en casa. Lo creyó. Creo.
Apenas lo escuché roncar, dejé el teléfono escuchando sus ronquidos, y salí disparado a ver el edificio, obviamente, con el celular en el oído, escuchándolo roncar. Tenía tanto tiempo para averiguar algo como él tuviese ronquidos. Ese rugir de esas fosas nasales disfuncionales era como el tic-tac de algún explosivo de película hollywoodense. Llegué. Después de consultar reiteradas veces la guía, y por mis averiguaciones en internet, desde ya combinado con la lista de posibles timbres, descarté la mayoría y me quedé solo con tres. Los tres, en distinto piso. El departamento de un taxista de 40 años, que hacía más de 20 años estaba afiliado al partido liberal pero nunca fue ni a una reunión, un sacerdote evangelista retirado y un empleado de la carnicería donde fue Robert esa mañana. Apurado por el tic-tac nasal, decidí arbitrariamente las posibilidades y aposté por el posible futuro compañero entre las carnes.
Entrar en el edificio fue fácil, y entrar al departamete 1°F también lo fue. Simple cerradura Watson, nada que una navaja bien afilada y dos clavos de 2 pulgadas no puedan solucionar. Una vez dentro, miré todo lo que se podía sin correr mucho riesgo y me fui sin resultado concluyente, pero con varias teorías sectarias descartadas. Teorías que, replanteándomelas, me condujeron al 3°E,hogar del ex-portador de la palabra de las sagradas escrituras. Otra cerradura simple Watson. En 10 minutos entré y salí. El departamento estaba absolutamente vacío. Nada. Ni un solo objeto dejado atrás. Esto me pareció en exceso sospechoso, desde luego, pero no tenía sentido quedarse ahí más tiempo. Y así llegué al 2°G, hogar del eterno afiliado inactivo. Sorpresa. Tres cerraduras, las tres de blindado reforzado. En este momento en particular, temí mucho: Robert tosió. Ya no roncaba. Sin dudarlo, y cumpliendo las órdenes que me había dado a mí mismo antes de salir de mi (su) casa, volví corriendo, corroboré que estuviese dormida la bestia, me tomé dos pastillas más con agua azucarada y me puse a sacar conclusiones.
Los tres posibles seguían siendo igual de posibles. Necesitaba algún indicio más, indicio que llegó el sexto día. Robert entró en una iglesia evangelista. Bingo. Pasó ahí 3 horas 31 minutos (de 14.08 a 17.39). Salió muy despeinado, y volvió a (su y mi) casa. Entró inmediatamente en su habitación (antes conocida como "el living de mi casa") y no volvió a salir. Aproveché para abastecerme de todo lo que iba a necesitar. Ahí compré las 33 toallas y los bidones de nafta, hice algunos arreglos con la compañía aseguradora, y preparé todo de manera que, a menos que yo mismo lo detuviese en menos de 10 minutos exactos, todo el departamento se prendiese fuego en un instante ardiente como todas las heridas que alguna vez escucharon a Robert tararear esa horripilante y pegajosa canción.
Entré en su habitación. Lo desperté y le pregunté sin miedo en la voz ni en la mirada qué tramaba contra quién. Me miró de manera muy desafiante, aunque con los ojos 90% cerrados. Le dí un codazo en la nariz para que entendiese que ya no le temía. Yo sabía que tenía que salir de ese lugar rápido. Después de tocarse la nariz sangrante atónito, se arrojó sobre mí con violencia, clavándose algunos de los cuchillos adheridos a mi dorso previendo justamente un arrebato de este estilo. Ese arranque de violencia fugaz, disparado claramente por el sentimiento de fracaso por haber sido descubierto, era lo que necesitaba pra confirmar mis peores sospechas sobre Robert y (his arrow) sus planes.
Con Robert retorciéndose en un charco de su sangre y el departamento íntegramente en llamas, cerré con llave (desde afuera, supongo no hace falta aclarar) la puerta de lo que supo ser mi primer departamente. Voy a extrañar ese lugar. Pasaron cosas muy lindas.
Y con ese departamento, se fue mi nombre, mis libros, mis manuscritos, mis instrumentos, mis fotos, mis cartas, mis títulos universitarios, mi pasado, todo. Les dejo esto para que, ustedes, al menos, sepan lo que pasó y no me busquen.
Volveré algún día.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Todo es una mierda, al final, en este blog de mierda

Cuando son textitos cortos, pareciese que no dicen nada. Cuando son textos largos, es imposible que una persona que no habite en mi cabeza lo entienda.
Estoy empezando a creer que lo del túnel no está tan errado.

Este "texto" casi que es claro. Bastante bien, eh, bastante bien.

Segundos apilados

Piano. Tunel. Rollers. Nieve (¿Keorauc?¿Kerouac?¿Keourac? No. K39o). Rollers. Rancho. Rollers. Peatles. Pob Dylan. Sainte Guchée. Rollers. THC. << J'ai les cheveux poivre et sel >>.
Al menos desperdicio mi tiempo más o menos bien.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Pepos

De tanto en tanto encuentro (o encontraba, y quizá vuelva a encontrar) a Pepo en otras personas, otros cuerpos, otras vidas, otras cabezas, pero Pepo al fin.
Lejos de sentirme no-especial, experimento una especie de sentimiento de hermandad virtual. ¿Cómo no sentirlo?¿Cómo no sentir una de las empatías más profundas?
Se llamará Bruno, Lucas, o peu importe cómo se llame. Es un Pepo. Y yo, supongo, quizá, un Lucas, o un Bruno. La cuestión es que somos ese. Somos eso.

domingo, 3 de febrero de 2013

Es imposible que alguien que no sea yo lo entienda, creo.

Y ahora resulta que Pedro mató a un tipo con un machete. ¡Con un maldito machete! Y con el mismo machete (u otro, ¿quién te dice?) en la mano, se asombró cuando escuchó el tanque australiano. El otro que no rompió el techo y se fue a los gritos. El otro que venía como a 140 km/h e hizo mierda a todos. Así ya es otra cosa. Igual, siempre siguió cocinando, eso se lo tengo que admitir.



jueves, 24 de enero de 2013

El encuentro

Como si se tratase de un momento cualquiera (y de eso se trataba), y mientras del otro lado del mundo, una ricachona solitaria terminaba su décimo rompecabezas de cinco mil piezas del invierno (pero eso no nos interesa), oscilaban los tímpanos de Dan a la frecuencia del timbre.
Era él. De nuevo.
Se extrañaban lo suficiente como para poder decirlo sin problema y elegir no hacerlo. Mientras las clásicas charlas que la gente como ellos (ellos, los que deciden entretenerse yendo uno a la casa del otro, una vez cada mucho tiempo, por el placer de coexistir en el mismo espacio-tiempo con el otro ser humano) tenían lugar, iban preparando las tazas de té correspondientes a la situación.
Ya terminando el relato sobre lo potencialmente épico o mediocremente rotunario de la llegada al encuentro, y solo interrumpido por preguntas de la índole de "¿Cuántas de azúcar?", fue que se terminaron de acomodar las 32 fichas en ese bello y enorme tablero de cedro.

-Elegí.
-Es curioso que un verbo imperativo dé lugar a elegir.
-Soy blancas.
-Ah! Siempre sos blancas. Qué mierda.
-Ya poniendo excusas. Quejarte de ese mísero movimiento extra que tengo es como decir que los grandes Da Vincis o Von Neumanns tuvieron como principal ventaja haber nacido antes que vos.
-No voy a discutir esto. Es casi como ponerse a comparar cuántas Libertadores tiene Boca y cuántas Independiente.
-Tenés razón. Es la cualidad humana (and we are human, after all) de entender como genuinamente peor al que es exactamente igual a uno, pero con pequeñas y sútiles nuances. Y además, siempre te gano, puto.
-Voy a dejar que las fichas te demuestren lo contrario. ¿Qué mejor argumento que un buen jaque mate?
-Bring it on, bitch.
-¿Viste a alguno, últimamente?
-A los de siempre.
-¿Seguís sosteniendo tu Random rendez-vous theory?
-No, realmente. Mencontré con un problema: estoy perdiendo la fé en la randomness, lo que deja mi teoría ahuecada y distante de mi propia aprobación.
-Es la primera cosa que decís que justifica tu existencia en el día de la fecha. Explayate.
-No voy a explicarte nada. Razonalo vos: Decime un hecho que puedas calificar como truly random.
-Aaaaaah, esto me recuerda los algoritmos de randomness que ví. Eran una genuina mentira.
-En efecto. Es simulable, es comprensible y definible, pero eso no lo hace existir. Ahí está el problema.
-Un buen ejemplo del doble filo del idioma. Que la palabra exista, no hace existir al concepto. Decir que no es así es casi como decir que algo no existe, y tener de prueba una foto en la que NO APARECE ese algo.
-Es increíble cómo necesitás ponerle un ejemplo a todo. Clara muestra que estás acostumbrado a estar rodeado de idiotas. Al menos, los ejemplos tienen su belleza ilustrativa (clara muestra que no estaba nada conforme de estar rodeado de idiotas, pero eso se sobreentendía y mencionarlo lo hubiera hecho meloso).
-Casi comparable con tu necesidad de resaltar lo que entendés como defecto de las otras personas, ¿No? Aj! No ví esa jugada. Qué mal.
-Sí, ahora está bastante más parejo el partido.
-Dame un segundo que ya vuelvo.
-Te pido otro té, si ça te dérange pas
-Cómo no, mi estimado.

Era ese momento en que se intenta recordar qué cosas nos decimos a nosotros mismos "Aaah! Cuando lo vea le voy a decir que...". Una bandera más mostrando que el clima de hostilidad jocosa de la dialéctica no hacia mas que calentar la situación (Y mal no venía, siendo que si cruzaban aquella puerta, la temperatura les bajaba 40ºC en los primeros 15 centímetros). Pero no calentar como un soldador al estaño, destruyendo y deformando para unir, si no más bien como una medialuna inflándose en el horno, para quedar toda calentita y esponjosita, lista para acompañar un café con leche y un par de pantuflas un domingo a la tarde.
Por suerte, se acordó lo que le quería decir.

-El otro día busqué lo del horario GMT, eso que me decías sobre que en algún lugar, se tocan el GMT -12 con el GMT +12, y que podés moverte 24 horas en los husos horarios avanzando en barco: Me sorprendió mucho ver que existe el GMT +14, pero que esos lugares son mostly islas inhabitadas.
-Jajaja, impresionante. Me hiciste pensar en The Aerican Empire.
-Algo así. Qué jugada rara esa.
-Ten a tus amigos cerca, a tus enemigos más cerca, y a los caballos de tus enemigos lo más lejos posible.
-Con esa capacidad verborrágica que tenés sobrio, me sorprende que no te levantes más minas.
-Ellas son las que no me levantan a mí. Jaque.
-Aaaaaaaaaah! Mirá, ese era tu plan. Se me complicó. Me siento tan indefenso como cuando leo la sección "Internacional" de cualquier diario.
-No exageres. Mis alfiles no tiene el poder nuclear que tiene el coreano ese de 18 años que asumió el poder cuando se le murió el padre.
-Qué incoherencia gigante darle el poder absoluto a alguien cuando acaba de perder al ser más importante de su vida.
-Está bien. La humanidad necesita ser destruída. Nuestra hija de putez es más fuerte que nuestra resistencia. Estamos a un botoncito de la aniquilación total.
-Yo que vos practico mucho más antes del botoncito, porque a este partido no le quedan más de 10 movimientos antes que tu rey sucumba.
-Tengo aún trucos bajo la manga, amigo, no cantes victoria.
-Si cantase victoria, seguro desafinaría. Lo mío es el discurso monotónico.
-Y monotemático. "Yo, yo, yo". "I, me, mine".
-Ay, sí, porque vos sos un humilde tremendo. La principal diferencia de nuestros egos es que yo digo ser genial, y vos decís que los demás son una mierda, pero la conclusión es la misma: "YO soy mejor".
-Siempre pensé que el primer paso para dejar de hacerlo era comprenderlo, ser capaz de enunciarlo. Sin embargo, eso terminó siendo más un permiso para poder hacerlo en secreto.
-Claro. Te entiendo. Es como haber entrado un poco en la norma social de "Okey, no voy a decir todo el tiempo que soy mejor que vos, pero te lo voy a demostrar todas las veces que pueda".
-La única razón por la que te invito es porque estoy rodeado de idiotas constantemente. Sos el recreo de mi cabeza.
-"Si estoy flashando, es mejor que me vaya", dijo alguna vez un poeta barato, de los mejores.
-Ciertamente, no fuiste vos. Pero entiendo lo que decís.
-Eso del recreo es tu manera de decirme que me querés. El karma del verborrágico es no poder expresar eso que el obtuso dice casi por inercia.
-Prefiero ser deficiente sentimental y no todo un hombrecito que dice "te amo" cada 20 minutos.
-Justificar tu deficiencia sentimental atacando el pseudo-amor ajeno es comparable a decir que no tocás bien el piano, pero que igual la mayoria de la gente no toca ni guitarra.
-Debe ser verdaderamente frustrante para vos no poder discutir solo con conceptos abstractos que tenés que poner esos ejemplos para nenes de cinco años todo el tiempo. ¿No es el objetivo de nuestros encuentros, poder hablar sin simplificar las ideas como de costumbre? Dale. Mové que es mate en 2.
-No puedo creer que me hayas ganado este partido.
-Te dije que te iba a ganar-
-Siempre todos dicen que van a ganar. Más que una premonición o un veredicto, es un canto de cancha.
-Es cierto, pero en este caso, te gané, o no?
-Todos bien sabemos que el que verdaderamente se va con la cabeza en alto de estos encuentros, es el que tiene la última palabra.


Se sonrieron de tan de acuerdo que estaban. Rellenaron sus tazas vacías. Otra vez nevaba afuera.

-Uy, cómo nieva.
-Será mejor si me quedo un rato más.
-Sí, será mejor.
-Dale, prepará otro té que preparo el tablero.
-¿Azúcar?
-Nunca en todos estos años te pedí un té sin azúcar.
-Nunca se sabe.

lunes, 21 de enero de 2013

-¿Qué te hace pensar un árbol sin ninguna hoja?
-La inevitable muerte de todo ser vivo.
-Yo estaba pensando en algo menos abstracto.
-¿Qué más concreto que eso?

viernes, 18 de enero de 2013

Convencido.

Si me hubiese quedado en Argentina, hubieran pasado cosas horrendas y preciosas, y sin duda me hubiera alegrado de haberme quedado. O quizá no.
Estar en Canadá no es distinto. Estoy que seguro que voy a estar seguro, dentro de algunos años, que haber venido fue mejor, pues, van a haber pasado cosas horripilantes y hermosas que van a alegrarme de haberme mudado aquí. Espero.

Pero hoy no es de los días que estoy más convencido, te diré.

Pequeñas diferencias

No es el mismo el Sol del amanecer que el Sol del ocaso. En realidad, sí son es el mismo; los que son distintos son tus ojos. E incluso, tus ojos son los mismos; los que son están distintos son los músculos al rededor de tus ojos. Esos sí.

Esto es un título.

Y esto un post.

jueves, 17 de enero de 2013

Please, insert your thought card.
...
Please, enter your mind code.
...

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-Withdraw thought
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Thanks for choosing OpenMinded v2.1
De fois, nous (les habitants à ma tète et moi) dormons tout ce que l'on peut pour raccourcir le jour. D'autres fois, 24 heures n'est pas assez.
De toute façon, le temps perdu n'est que dans ma tête.

lunes, 14 de enero de 2013

Miré a todos, pero solo sentía una mirada. Y ahí fue cuando dije:

-Disculpame. No quise arruinar el funeral de tu mamá.

Agarré mis pantalones de arriba del féretro, me los volví a poner y me fui.
No hay nada más humano que hacer eso que sabemos nos destruye un poco.

Garantizado.
No hay nada más humano que hacer eso que sabemos nos destruye un poco.

sábado, 12 de enero de 2013

Condicionado.

Teniendo tantas teorías tirando todas para lados torcidos y habiendo habido huecos hondos y holgados hundiendo mis hipotesis es que encuentro estos eternos y efímeros elementos de entretenimiento.
¿Será sabido sólo por sabios que si somos solo sobrios, son sobrados los segundos sin sentido? Imagino que insistiendo insana e intensamente incitaremos a innumerables incrédulos a inclinarse indeclinablemente a inmensas internaciones e interacciones interestelares indagando nuestra mente internamente.
Pero parece ser que piropeando propiamente propiciamos principalmente puras pinceladas postergadas, pintando nada, procrastinando la palabra, pisando pieles preciosas y probando prestigios pasados. Como cada casa contiene cien cuentos cientos de veces contados, caemos casi de cabeza en la creencia crédula de contar cada cuento como si cantásemos canciones compuestas para comerciales.
Jamás juraremos como el jadeante jínete jura jugar a Jesús, girando su gorro grandiosamente gracias al viento viniendo del verde vívero.
Quizá quemando quinientas quince quinceañeras quepan como queremos los "te quiero".

jueves, 10 de enero de 2013

Balada triste de trompeta.

Con alguna canción de Big Joe Turner retumbando en la cabeza, y con el piso por fin quieto, miro de reojo el calendario y veo que dice 8.

-¿8?
-¿Ya 8?
-¿Enteros?
-Pareciera.

Aprovechando que las placas tectónicas quedaron en Buenos Aires, y desde acá no siento su movimiento, decidí ir a cantar al infierno blanco. El ausente público aplaudióme de tal manera que era casi inaudible y ensordecedor, casi como el pasto quebrándose.
Casualmente, ahí la ví, caminando. Quizá me vió. No dijimos nada.

¿En qué momento habrá hecho tanto frío como para que los movimientos tectónicos se transformen en cisnes de cristal y metáforas superficiales? Quizá no me dí cuenta por estar concentrado en las manos que apretaban mi cuello y las tenazas que apretaban mi dorso.
¿Quién de todos ustedes puso el mundo adentro de un microondas, y ese microondas arriba de mis piernas?
La cálida imagen de la tímida luz del amanecer rebotando en cada copo de nieve a la altura de mi ventana, congelándome el pecho y quemándome las piernas. Momentos en los que el termostato podría marcar veintitantos grados o estar apagado, oxidado, olvidado y en desuso hace años.

Y esos 3 minutos, ¿Dònde habrán quedado? ¿En qué reloj se vió que sean las 8:10? Esos 3 minutos están perdidos. Irrecuperables. Algunas palabras lamentablemente sobraron. Otras, por suerte, también. Pero, ¿Con qué derecho quejarse?
Algunas cosas se ganan.

domingo, 6 de enero de 2013

Aparentemente, la vida no es mucho más que una justicia poética asquerosamente retorcida.

martes, 1 de enero de 2013

Desperdicio de tiempo.

Somos unos consumistas de tiempo. Apenas no nos gusta un año, o ya lo pasamos todo, de 1 de Enero a 31 de Diciembre, lo tiramos a la basura y empezamos uno nuevo. No hay reciclaje, no hay reutilización.

Seguro este año lo arruinamos como el anterior, y dentro de 364 días, vamos a deshacernos de él nuevamente.

Nunca aprenderemos.