Y ahora resulta que Pedro mató a un tipo con un machete. ¡Con un maldito machete! Y con el mismo machete (u otro, ¿quién te dice?) en la mano, se asombró cuando escuchó el tanque australiano. El otro que no rompió el techo y se fue a los gritos. El otro que venía como a 140 km/h e hizo mierda a todos. Así ya es otra cosa. Igual, siempre siguió cocinando, eso se lo tengo que admitir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario