jueves, 24 de enero de 2013

El encuentro

Como si se tratase de un momento cualquiera (y de eso se trataba), y mientras del otro lado del mundo, una ricachona solitaria terminaba su décimo rompecabezas de cinco mil piezas del invierno (pero eso no nos interesa), oscilaban los tímpanos de Dan a la frecuencia del timbre.
Era él. De nuevo.
Se extrañaban lo suficiente como para poder decirlo sin problema y elegir no hacerlo. Mientras las clásicas charlas que la gente como ellos (ellos, los que deciden entretenerse yendo uno a la casa del otro, una vez cada mucho tiempo, por el placer de coexistir en el mismo espacio-tiempo con el otro ser humano) tenían lugar, iban preparando las tazas de té correspondientes a la situación.
Ya terminando el relato sobre lo potencialmente épico o mediocremente rotunario de la llegada al encuentro, y solo interrumpido por preguntas de la índole de "¿Cuántas de azúcar?", fue que se terminaron de acomodar las 32 fichas en ese bello y enorme tablero de cedro.

-Elegí.
-Es curioso que un verbo imperativo dé lugar a elegir.
-Soy blancas.
-Ah! Siempre sos blancas. Qué mierda.
-Ya poniendo excusas. Quejarte de ese mísero movimiento extra que tengo es como decir que los grandes Da Vincis o Von Neumanns tuvieron como principal ventaja haber nacido antes que vos.
-No voy a discutir esto. Es casi como ponerse a comparar cuántas Libertadores tiene Boca y cuántas Independiente.
-Tenés razón. Es la cualidad humana (and we are human, after all) de entender como genuinamente peor al que es exactamente igual a uno, pero con pequeñas y sútiles nuances. Y además, siempre te gano, puto.
-Voy a dejar que las fichas te demuestren lo contrario. ¿Qué mejor argumento que un buen jaque mate?
-Bring it on, bitch.
-¿Viste a alguno, últimamente?
-A los de siempre.
-¿Seguís sosteniendo tu Random rendez-vous theory?
-No, realmente. Mencontré con un problema: estoy perdiendo la fé en la randomness, lo que deja mi teoría ahuecada y distante de mi propia aprobación.
-Es la primera cosa que decís que justifica tu existencia en el día de la fecha. Explayate.
-No voy a explicarte nada. Razonalo vos: Decime un hecho que puedas calificar como truly random.
-Aaaaaah, esto me recuerda los algoritmos de randomness que ví. Eran una genuina mentira.
-En efecto. Es simulable, es comprensible y definible, pero eso no lo hace existir. Ahí está el problema.
-Un buen ejemplo del doble filo del idioma. Que la palabra exista, no hace existir al concepto. Decir que no es así es casi como decir que algo no existe, y tener de prueba una foto en la que NO APARECE ese algo.
-Es increíble cómo necesitás ponerle un ejemplo a todo. Clara muestra que estás acostumbrado a estar rodeado de idiotas. Al menos, los ejemplos tienen su belleza ilustrativa (clara muestra que no estaba nada conforme de estar rodeado de idiotas, pero eso se sobreentendía y mencionarlo lo hubiera hecho meloso).
-Casi comparable con tu necesidad de resaltar lo que entendés como defecto de las otras personas, ¿No? Aj! No ví esa jugada. Qué mal.
-Sí, ahora está bastante más parejo el partido.
-Dame un segundo que ya vuelvo.
-Te pido otro té, si ça te dérange pas
-Cómo no, mi estimado.

Era ese momento en que se intenta recordar qué cosas nos decimos a nosotros mismos "Aaah! Cuando lo vea le voy a decir que...". Una bandera más mostrando que el clima de hostilidad jocosa de la dialéctica no hacia mas que calentar la situación (Y mal no venía, siendo que si cruzaban aquella puerta, la temperatura les bajaba 40ºC en los primeros 15 centímetros). Pero no calentar como un soldador al estaño, destruyendo y deformando para unir, si no más bien como una medialuna inflándose en el horno, para quedar toda calentita y esponjosita, lista para acompañar un café con leche y un par de pantuflas un domingo a la tarde.
Por suerte, se acordó lo que le quería decir.

-El otro día busqué lo del horario GMT, eso que me decías sobre que en algún lugar, se tocan el GMT -12 con el GMT +12, y que podés moverte 24 horas en los husos horarios avanzando en barco: Me sorprendió mucho ver que existe el GMT +14, pero que esos lugares son mostly islas inhabitadas.
-Jajaja, impresionante. Me hiciste pensar en The Aerican Empire.
-Algo así. Qué jugada rara esa.
-Ten a tus amigos cerca, a tus enemigos más cerca, y a los caballos de tus enemigos lo más lejos posible.
-Con esa capacidad verborrágica que tenés sobrio, me sorprende que no te levantes más minas.
-Ellas son las que no me levantan a mí. Jaque.
-Aaaaaaaaaah! Mirá, ese era tu plan. Se me complicó. Me siento tan indefenso como cuando leo la sección "Internacional" de cualquier diario.
-No exageres. Mis alfiles no tiene el poder nuclear que tiene el coreano ese de 18 años que asumió el poder cuando se le murió el padre.
-Qué incoherencia gigante darle el poder absoluto a alguien cuando acaba de perder al ser más importante de su vida.
-Está bien. La humanidad necesita ser destruída. Nuestra hija de putez es más fuerte que nuestra resistencia. Estamos a un botoncito de la aniquilación total.
-Yo que vos practico mucho más antes del botoncito, porque a este partido no le quedan más de 10 movimientos antes que tu rey sucumba.
-Tengo aún trucos bajo la manga, amigo, no cantes victoria.
-Si cantase victoria, seguro desafinaría. Lo mío es el discurso monotónico.
-Y monotemático. "Yo, yo, yo". "I, me, mine".
-Ay, sí, porque vos sos un humilde tremendo. La principal diferencia de nuestros egos es que yo digo ser genial, y vos decís que los demás son una mierda, pero la conclusión es la misma: "YO soy mejor".
-Siempre pensé que el primer paso para dejar de hacerlo era comprenderlo, ser capaz de enunciarlo. Sin embargo, eso terminó siendo más un permiso para poder hacerlo en secreto.
-Claro. Te entiendo. Es como haber entrado un poco en la norma social de "Okey, no voy a decir todo el tiempo que soy mejor que vos, pero te lo voy a demostrar todas las veces que pueda".
-La única razón por la que te invito es porque estoy rodeado de idiotas constantemente. Sos el recreo de mi cabeza.
-"Si estoy flashando, es mejor que me vaya", dijo alguna vez un poeta barato, de los mejores.
-Ciertamente, no fuiste vos. Pero entiendo lo que decís.
-Eso del recreo es tu manera de decirme que me querés. El karma del verborrágico es no poder expresar eso que el obtuso dice casi por inercia.
-Prefiero ser deficiente sentimental y no todo un hombrecito que dice "te amo" cada 20 minutos.
-Justificar tu deficiencia sentimental atacando el pseudo-amor ajeno es comparable a decir que no tocás bien el piano, pero que igual la mayoria de la gente no toca ni guitarra.
-Debe ser verdaderamente frustrante para vos no poder discutir solo con conceptos abstractos que tenés que poner esos ejemplos para nenes de cinco años todo el tiempo. ¿No es el objetivo de nuestros encuentros, poder hablar sin simplificar las ideas como de costumbre? Dale. Mové que es mate en 2.
-No puedo creer que me hayas ganado este partido.
-Te dije que te iba a ganar-
-Siempre todos dicen que van a ganar. Más que una premonición o un veredicto, es un canto de cancha.
-Es cierto, pero en este caso, te gané, o no?
-Todos bien sabemos que el que verdaderamente se va con la cabeza en alto de estos encuentros, es el que tiene la última palabra.


Se sonrieron de tan de acuerdo que estaban. Rellenaron sus tazas vacías. Otra vez nevaba afuera.

-Uy, cómo nieva.
-Será mejor si me quedo un rato más.
-Sí, será mejor.
-Dale, prepará otro té que preparo el tablero.
-¿Azúcar?
-Nunca en todos estos años te pedí un té sin azúcar.
-Nunca se sabe.

lunes, 21 de enero de 2013

-¿Qué te hace pensar un árbol sin ninguna hoja?
-La inevitable muerte de todo ser vivo.
-Yo estaba pensando en algo menos abstracto.
-¿Qué más concreto que eso?

viernes, 18 de enero de 2013

Convencido.

Si me hubiese quedado en Argentina, hubieran pasado cosas horrendas y preciosas, y sin duda me hubiera alegrado de haberme quedado. O quizá no.
Estar en Canadá no es distinto. Estoy que seguro que voy a estar seguro, dentro de algunos años, que haber venido fue mejor, pues, van a haber pasado cosas horripilantes y hermosas que van a alegrarme de haberme mudado aquí. Espero.

Pero hoy no es de los días que estoy más convencido, te diré.

Pequeñas diferencias

No es el mismo el Sol del amanecer que el Sol del ocaso. En realidad, sí son es el mismo; los que son distintos son tus ojos. E incluso, tus ojos son los mismos; los que son están distintos son los músculos al rededor de tus ojos. Esos sí.

Esto es un título.

Y esto un post.

jueves, 17 de enero de 2013

Please, insert your thought card.
...
Please, enter your mind code.
...

What would you like to do?

-Deposit idea
-Withdraw thought
-Erase memory
-Exit without saving
-Reboot

...
Processing
...
You have no thoughts left.
...
Shutting down
...
Thanks for choosing OpenMinded v2.1
De fois, nous (les habitants à ma tète et moi) dormons tout ce que l'on peut pour raccourcir le jour. D'autres fois, 24 heures n'est pas assez.
De toute façon, le temps perdu n'est que dans ma tête.

lunes, 14 de enero de 2013

Miré a todos, pero solo sentía una mirada. Y ahí fue cuando dije:

-Disculpame. No quise arruinar el funeral de tu mamá.

Agarré mis pantalones de arriba del féretro, me los volví a poner y me fui.
No hay nada más humano que hacer eso que sabemos nos destruye un poco.

Garantizado.
No hay nada más humano que hacer eso que sabemos nos destruye un poco.

sábado, 12 de enero de 2013

Condicionado.

Teniendo tantas teorías tirando todas para lados torcidos y habiendo habido huecos hondos y holgados hundiendo mis hipotesis es que encuentro estos eternos y efímeros elementos de entretenimiento.
¿Será sabido sólo por sabios que si somos solo sobrios, son sobrados los segundos sin sentido? Imagino que insistiendo insana e intensamente incitaremos a innumerables incrédulos a inclinarse indeclinablemente a inmensas internaciones e interacciones interestelares indagando nuestra mente internamente.
Pero parece ser que piropeando propiamente propiciamos principalmente puras pinceladas postergadas, pintando nada, procrastinando la palabra, pisando pieles preciosas y probando prestigios pasados. Como cada casa contiene cien cuentos cientos de veces contados, caemos casi de cabeza en la creencia crédula de contar cada cuento como si cantásemos canciones compuestas para comerciales.
Jamás juraremos como el jadeante jínete jura jugar a Jesús, girando su gorro grandiosamente gracias al viento viniendo del verde vívero.
Quizá quemando quinientas quince quinceañeras quepan como queremos los "te quiero".

jueves, 10 de enero de 2013

Balada triste de trompeta.

Con alguna canción de Big Joe Turner retumbando en la cabeza, y con el piso por fin quieto, miro de reojo el calendario y veo que dice 8.

-¿8?
-¿Ya 8?
-¿Enteros?
-Pareciera.

Aprovechando que las placas tectónicas quedaron en Buenos Aires, y desde acá no siento su movimiento, decidí ir a cantar al infierno blanco. El ausente público aplaudióme de tal manera que era casi inaudible y ensordecedor, casi como el pasto quebrándose.
Casualmente, ahí la ví, caminando. Quizá me vió. No dijimos nada.

¿En qué momento habrá hecho tanto frío como para que los movimientos tectónicos se transformen en cisnes de cristal y metáforas superficiales? Quizá no me dí cuenta por estar concentrado en las manos que apretaban mi cuello y las tenazas que apretaban mi dorso.
¿Quién de todos ustedes puso el mundo adentro de un microondas, y ese microondas arriba de mis piernas?
La cálida imagen de la tímida luz del amanecer rebotando en cada copo de nieve a la altura de mi ventana, congelándome el pecho y quemándome las piernas. Momentos en los que el termostato podría marcar veintitantos grados o estar apagado, oxidado, olvidado y en desuso hace años.

Y esos 3 minutos, ¿Dònde habrán quedado? ¿En qué reloj se vió que sean las 8:10? Esos 3 minutos están perdidos. Irrecuperables. Algunas palabras lamentablemente sobraron. Otras, por suerte, también. Pero, ¿Con qué derecho quejarse?
Algunas cosas se ganan.

domingo, 6 de enero de 2013

Aparentemente, la vida no es mucho más que una justicia poética asquerosamente retorcida.

martes, 1 de enero de 2013

Desperdicio de tiempo.

Somos unos consumistas de tiempo. Apenas no nos gusta un año, o ya lo pasamos todo, de 1 de Enero a 31 de Diciembre, lo tiramos a la basura y empezamos uno nuevo. No hay reciclaje, no hay reutilización.

Seguro este año lo arruinamos como el anterior, y dentro de 364 días, vamos a deshacernos de él nuevamente.

Nunca aprenderemos.